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¿Qué significa falta de apetito?
La pérdida de apetito, también llamada falta de apetito, es una experiencia que toda persona experimenta tarde o temprano en su vida y puede ser causada por muchos factores, no necesariamente patológicos.
Las razones detrás de un menor deseo de comer pueden tener orígenes diferentes e incluyen
- estados leves de malestar general,
- condiciones psicológicas particulares y / o temporales,
- enfermedades médicas reales.
Un elemento importante a considerar es la duración de la falta de apetito:
- una pérdida transitoria del apetito puede no ser de gran importancia y ocurre especialmente en asociación con condiciones estresantes para el cuerpo, como una enfermedad febril
- si, por el contrario, la falta de ganas de comer dura más, puede ser signo de un trastorno más grave, que también puede conducir a una pérdida de peso involuntaria a largo plazo y el consiguiente deterioro de la salud.
Comer correctamente, tanto cualitativa como cuantitativamente, es importante por varias razones:
- reduce el riesgo de infección apoyando la acción del sistema inmunológico,
- mejora el estado de ánimo y el bienestar,
- aumenta los niveles de energía,
- preserva la fuerza muscular,
- previene deficiencias alimentarias más o menos graves, como la anemia .
Por lo tanto, no se recomienda preocuparse excesivamente por una pérdida de apetito a corto plazo, mientras que puede ser necesario investigar la causa si este síntoma continúa con el tiempo.

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Causas
Pérdida del apetito en bebés y niños.
En la infancia, una disminución temporal del apetito es un síntoma relativamente común que generalmente no debe preocupar demasiado, mientras que se vuelve a informar al pediatra si persiste en el tiempo.
Una modesta y transitoria pérdida de apetito suele estar vinculada en la infancia a algún cambio capaz de alterar hábitos y ritmos establecidos, como la llegada de un hermanito, una mudanza, la enfermedad de un ser querido, … En otros casos en cambio, puede ser un signo de una patología orgánica más específica, no necesariamente de gravedad excesiva:
- resfriados ( resfriado , gripe , dolor de garganta , …),
- enfermedad exantemática ,
- inflamación en la boca ( aftas , presencia de aftas , …),
- gastroenteritis ,
- infecciones del tracto urinario ,
- …
Finalmente, la falta de apetito ligada a la dentición , que suele durar unos días, es muy común , como la que surge tras las vacunas .
Personas mayores
La pérdida persistente del apetito es una afección que se observa con frecuencia en las personas mayores. Las razones detrás de este trastorno son variadas e incluyen
- una menor percepción de la sensación de hambre,
- una disminución en la demanda de energía del cuerpo,
- una disminución en la capacidad de percibir sabores y olores que hace que la comida sea menos apetecible
- y trastornos digestivos o dificultades para masticar, que pueden surgir fácilmente después de cierta edad.
Enfermedades y pérdida de apetito.
Las condiciones patológicas frecuentemente asociadas con la inapetencia son
- enfermedad del higado,
- insuficiencia renal ,
- enfermedades infecciosas y febriles,
- enfermedades del tracto gastrointestinal que ocurren con trastornos digestivos (incluida la gastroenteritis clásica o la gripe intestinal ),
- tumores malignos.
También es importante recordar cómo algunas patologías psiquiátricas están íntimamente relacionadas con alteraciones en la conducta alimentaria, en primer lugar anorexia y bulimia . Cuando una persona padece estos trastornos, se busca activamente la restricción alimentaria y en las etapas iniciales la sensación de hambre se suprime o se ignora voluntariamente. Sin embargo, con el tiempo, la persona puede perder la capacidad de percibir las señales que envía su cuerpo sobre la necesidad de alimentarse.
Los cambios de humor también repercuten en la conducta alimentaria: la ansiedad y la depresión , trastornos extremadamente frecuentes en la población general, pueden manifestarse con una disminución del apetito y con un menor interés por la comida.
Otras causas
Los hábitos voluptuosos también pueden afectar significativamente el apetito: el consumo excesivo de alcohol , el tabaquismo y el uso de drogas como la anfetamina, la cocaína y la heroína son factores que se traducen en una reducción de la sensación de hambre.
Por último, algunos fármacos y tratamientos pueden favorecer la aparición del síntoma como efecto secundario: en estos casos puede ser conveniente informar del problema a su médico, quien podrá decidir cambiar de terapia o modificar la dosis.
También se puede experimentar una disminución del apetito durante el primer trimestre del embarazo , por lo general estrechamente relacionada con la presencia de náuseas durante el embarazo .
Consecuencias y peligros
Una disminución del apetito puede conducir a una disminución en la ingesta de calorías en la dieta, lo que a largo plazo puede conducir a
- desnutrición,
- deshidratación ,
- adelgazamiento
- retraso del crecimiento en los niños
- y deterioro de la salud general.
Las consecuencias variarán según el alcance de la restricción alimentaria; en los casos más graves y cuando la reducción de la ingesta alimentaria se prolonga durante un período prolongado es posible desarrollar deficiencias nutricionales así como presenciar una disminución del peso corporal y de la masa magra.
Esto tiene un impacto más amplio en la salud del individuo que puede percibir diversos trastornos como
- una sensación de fatiga crónica ,
- una caída en el estado de ánimo,
- languidez,
- dolor de cabeza ,
- concentración y déficit de atención.
También es posible experimentar una mayor susceptibilidad al desarrollo de infecciones debido a un sistema inmunológico debilitado . Así, por ejemplo, puede notarse una mayor frecuencia de aparición de enfermedades febriles estacionales comunes como resfriados y síndromes similares a la gripe.
Diagnóstico
La pérdida de apetito es un síntoma que puede presentarse asociado a patologías más o menos graves. Por este motivo, una vez comprobada la presencia de una verdadera falta de apetito que persiste desde hace algún tiempo, puede ser necesario investigar para comprender qué causa se encuentra en la base.
Para ello, el médico realizará un historial médico detallado en el que se intentará identificar cualquier enfermedad previa, actual u otras condiciones que puedan causar este trastorno. Luego se realizará un examen físico completo y es posible que se requieran más pruebas para llegar al diagnóstico, cuya elección se guiará por lo que surgió durante la visita.
Consejos y remedios
Si la pérdida de apetito es causada por una condición médica o psiquiátrica conocida, el mejor enfoque terapéutico es obviamente tratar la enfermedad en cuestión.
Si no se ha reconocido una causa digna de mención, o cuando esta no es curable, es posible tomar algunas medidas que pueden ayudar a aumentar la sensación de apetito y la ingesta de calorías:
- Eliminar o limitar las conductas que tienden a disminuir la sensación de apetito, como fumar o el consumo excesivo de alcohol.
- La actividad física de baja intensidad, como caminar, andar en bicicleta o nadar, puede ayudar a desarrollar un apetito saludable. Puede ser útil y saludable desarrollar el hábito de caminar con regularidad o limitar el sedentarismo excesivo tratando de no permanecer sentado durante demasiadas horas consecutivas. Por otro lado, es importante no exagerar en la dirección opuesta, ya que la actividad física demasiado intensa y prolongada podría generar un déficit energético excesivo y contribuir a una pérdida de peso no deseada.
- Tener tres comidas principales acompañadas de un refrigerio a media mañana y un refrigerio a media tarde puede ayudarlo a consumir más calorías durante el día que limitarse a las comidas principales. Esto es especialmente cierto para aquellos que luchan por ingerir grandes cantidades de comida en una sola sesión.
- En los casos en los que la pérdida de apetito se asocie a una reducción importante de la nutrición con una disminución significativa del peso corporal puede ser útil consumir alimentos con un alto contenido energético (frutos secos, aceite de oliva, …).
- Si la saciedad temprana es un problema, puede intentar evitar los alimentos voluminosos y preferir los alimentos con mayor densidad nutricional. En estos casos también puede ser útil consumir bebidas con un aporte calórico moderado como la leche o los zumos de frutas; de esta forma es posible ingerir unas pocas calorías más sin sobrellenar el estómago con alimentos sólidos que requieren un mayor esfuerzo digestivo.
- Verifique si la pérdida de apetito podría ser un efecto secundario de un medicamento que está tomando y, si es necesario, comuníquese con su médico para reevaluar la terapia.
- Las personas mayores a menudo sufren una disminución en la percepción de sabores y olores que pueden hacer que los alimentos sean menos apetecibles. Puede ser útil en estos casos cuidar la preparación de los alimentos, preferir los platos favoritos y asegurarse de que estén bien aromatizados.
- En el caso de que se presenten trastornos de la masticación o la deglución, será recomendable tomar alimentos semisólidos que no necesiten ser masticados como preparaciones especiales o alimentos en puré. Puede resultar útil recurrir al uso de bebidas proteicas o zumos de frutas que ayuden a incrementar el aporte energético diario. En los casos más graves en los que la nutrición fisiológica se vea gravemente comprometida, será necesario recurrir a la nutrición artificial enteral o parenteral que se gestiona en el hospital o en instalaciones especiales.
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