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Introducción
Por miositis nos referimos a la inflamación del tejido muscular, cuya causa puede ser de naturaleza:
- infecciosos (virus, bacterias y parásitos),
- autoinmune (polimiositis y dermatomiositis, que entran en el grupo de enfermedades reumatológicas o enfermedades del tejido conectivo),
- iatrogénico (de drogas),
- idiopático (forma rara en la que no es posible rastrear una determinada causa etiológica).
El cuadro clínico de la miositis se caracteriza por síntomas como:
- astenia (debilidad muscular),
- mialgia ( dolor muscular ),
- calambres musculares
- pérdida de masa muscular (reducción de la masa muscular).
Para el diagnóstico de miositis es fundamental realizar un examen físico detallado, precedido de una historia clínica completa; además, se deben realizar pruebas de laboratorio, pruebas instrumentales y biopsia muscular.
En la mayoría de los casos, se puede lograr una cura definitiva con un diagnóstico y tratamiento tempranos.

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Causas y clasificación
Dependiendo de la etiología, y por tanto de la causa desencadenante, podemos identificar diferentes formas de miositis:
- Miositis infecciosa, que puede ser causada por:
- virus ( influencia del virus , Coxsachie y VIH ),
- bacterias (especialmente estafilococos y estreptococos ),
- parásitos (triquinelosis, donde las larvas de un parásito específico después de ser ingeridas pueden enquistarse en los músculos causando miositis).
- Miositis autoinmune: hablamos de polimiositis (cuando diferentes grupos musculares se ven afectados en diferentes partes del cuerpo) o dermatomiositis (cuando además de miositis hay manifestaciones en la piel). Ambas enfermedades forman parte del grupo de las conectivitis , una serie de enfermedades reumatológicas cuya causa se debe a un proceso autoinmune , con la agresión del músculo por parte del sistema inmunológico.
- Miositis inducida por fármacos o iatrogénica: varios fármacos tienen como efecto secundario el posible desarrollo de miositis, entre estos recordamos principalmente las estatinas (atorvastatina, simavastatina, …) y los fibratos, grupo de fármacos que tienen como objetivo disminuir los niveles de colesterol en el sangre .
- Miositis idiopática: bajo este nombre se recogen varias formas raras de miositis en las que aún no se ha podido rastrear una determinada causa desencadenante.
- Miositis asociada a otras enfermedades: puede estar asociada a un tumor maligno, lupus , artritis reumatoide y varias otras enfermedades autoinmunes.
- Otras formas raras:
- Miositis por cuerpos de inclusión: caracterizada por infiltración muscular de linfocitos.
- Miositis osificante: una miositis que a menudo surge después de un traumatismo muscular con la consiguiente formación de un hematoma; después del trauma se produce una osificación progresiva de las fibras musculares hasta la formación de tejido óseo anormal real.
- Miositis intersticial.
- Síndrome miosítico tensivo.
Síntomas
La miositis afecta principalmente a los músculos voluntarios proximales, es decir, los más cercanos al tronco, que por tanto se localizan al nivel de:
- cuello,
- espalda,
- brazos,
- además,
- muslos.
Con menor frecuencia, el proceso inflamatorio también puede afectar los músculos voluntarios distales como los del antebrazo y la mano o la pantorrilla, o más raramente el músculo liso visceral, como el que regula la deglución.
El inicio de los síntomas suele ser agudo, especialmente con formas virales. Para la miositis por cuerpos de inclusión, por otro lado, los síntomas pueden comenzar meses o años después.
Con el tiempo, aparece una sensación progresiva de fatiga con dificultad para realizar movimientos que antes se realizaban sin esfuerzo como subir escaleras, o alguna actividad física deportiva ocasional.
El cuadro clínico está dominado por síntomas típicos:
- astenia (debilidad muscular),
- mialgia (dolor muscular),
- calambres musculares,
- dolor muscular,
- atrofia muscular (reducción de la masa muscular),
a lo que se le pueden sumar otros síntomas, incluso bastante graves, según el tipo manifestado:
- disfagia (dificultad para tragar),
- diplopía (visión doble) si los músculos oculares están afectados,
- miocardiopatía dilatada en caso de afectación cardíaca,
- erupción cutánea (en caso de dermatomiositis),
- fiebre y escalofríos , en las formas infecciosas.
Diagnóstico
El diagnóstico comienza con un historial médico cuidadoso y un examen físico completo:
- La anamnesis consiste en que el médico formula una serie de preguntas dirigidas a investigar y reconstruir toda la historia clínica del paciente.
- El examen físico permite el reconocimiento de todos los síntomas reportados por el paciente, junto con los signos clínicos objetivos.
En cuanto a las pruebas de laboratorio, se requieren pruebas de rutina que puedan mostrar un aumento de los índices inflamatorios (por ejemplo, VSG y PCR ), también se evalúa CPK o creatina-fosfocinasa, enzima muscular que en el caso de miositis aumenta su valor en más de 50 veces (valor normal inferior a 150 U / L). También es útil la evaluación de lactato deshidrogenasa y mioglobina. Finalmente, también se puede buscar la presencia de anticuerpos específicos en caso de sospecha de miositis autoinmune.
La biopsia muscular representa el estándar de oro diagnóstico y consiste en tomar una pequeña muestra de tejido muscular que luego es observada al microscopio por un patólogo.
En cuanto a los exámenes instrumentales, es posible realizar:
- Radiografía , en caso de miositis osificante que muestre mayor radiopacidad en el músculo
- La tomografía computarizada y la resonancia magnética se realizan en caso de miositis infecciosa o para guiar una biopsia.
- Electromiografía : evalúa y mide la actividad de las fibras musculares. Muy útil para diferenciar un problema estrictamente muscular de uno neurológico.
Cuidado
La terapia es de tipo etiológico, es decir, tiene como objetivo eliminar la causa desencadenante, por ejemplo:
- Para las formas autoinmunes, debe establecerse una terapia basada en corticosteroides en dosis altas ; si no son eficaces, se pueden añadir agentes inmunosupresores.
- En caso de miositis infecciosa, se recomienda el reposo, posiblemente asistido por una terapia antiinflamatoria y antibiótica específica.
- En la miositis inducida por fármacos, es evidente que la ingesta de los fármacos considerados responsables debe interrumpirse inmediatamente.
- En caso de miositis osificante, a menudo se utilizan antiinflamatorios y analgésicos, con el tejido óseo anormal recién formado que tiende a reabsorberse y desaparecer en unas pocas semanas. Si esto no sucede, se requiere cirugía.
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