Introducción
Por lipotimia, o episodio lipotímico, solemos decir un «desmayo» repentino, un desmayo, debido a una alteración del equilibrio de la presión (en comparación con los valores normales de presión arterial ).
Es difícil que el paciente pierda el conocimiento, pero en su mayor parte experimenta una serie de síntomas autonómicos (es decir, asociados a una desregulación del sistema nervioso autónomo) como:
- palpitaciones ,
- sudoración ,
- tinnitus (zumbido molesto en los oídos),
- visión borrosa,
- debilidad de las extremidades inferiores.
Por lo general, estos síntomas aparecen repentinamente, pero con la misma rapidez tienden a desaparecer (a menudo en unos pocos minutos). La reducción de la presión arterial puede ser provocada por una emoción o estrés repentino, así como por un cambio repentino de posición.
Cuando es necesario, la terapia tiene como objetivo resolver la patología subyacente que puede alterar y dañar el funcionamiento del sistema nervioso.

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Causas
Para comprender la etiopatogenia del episodio lipotímico, es de fundamental importancia comprender el equilibrio extremadamente delicado que subyace a la regulación de la presión arterial.
Nuestro organismo está constantemente gobernado por el sistema nervioso autónomo, una rama del sistema nervioso que (independientemente de nuestro control voluntario) es capaz de regular finamente las funciones vegetativas o «autónomas».
En él es posible identificar dos componentes:
- el sistema nervioso ortosimpático, que tiende a activar nuestro cuerpo. De hecho se define como el sistema de “ataque y huida”, que acelera la frecuencia cardíaca , la frecuencia respiratoria y en general suele intentar aumentar la presión, o en todo caso mantenerla constante dentro de los límites fisiológicos;
- el sistema nervioso parasimpático, que en cambio tiene la tarea de «relajar» el organismo. Suele estar activo durante el reposo, la digestión , la micción; ralentiza la frecuencia cardíaca y respiratoria y, en general, reduce la presión media.
Ambos sistemas se equilibran entre sí y se imponen entre sí según las necesidades a las que se expone el organismo.
Los síntomas típicos de un ataque lipotímico suelen deberse a una reducción del suministro de sangre al cerebro. Esto conduce a una falta de oxígeno , que en consecuencia empuja al sistema nervioso central a ahorrarlo, reduciendo el estado de actividad.
La principal causa de la reducción de la oxigenación puede residir en dos causas principales:
- Reducción de la frecuencia cardíaca (debido a la falta de activación, en determinadas circunstancias, del sistema nervioso autónomo ortosimpático o debido a un abrumador excesivo del sistema parasimpático).
- Reducción de la presión arterial, que a su vez puede ser la base de varias causas.
En la mayoría de los casos estas alteraciones son de carácter transitorio, relacionadas con diversas situaciones en las que el sistema ortosimpático debe reaccionar lo antes posible. Si esto no ocurre, la prevalencia del parasimpático disminuye la presión y genera la debilidad acusada por el paciente. Un ejemplo típico está representado por levantarse de la cama demasiado rápido: la caída de presión en el cerebro debe contrarrestarse rápidamente mediante vasoconstricción, para garantizar una salida constante. Especialmente en pacientes de edad avanzada, donde el sistema nervioso autónomo puede funcionar más lentamente, o donde los vasos levemente escleróticos pueden no responder inmediatamente al impulso, estas manifestaciones no son infrecuentes.
El episodio lipotímico a menudo se puede confundir con el síncope , del que se diferencia, sin embargo, por un evento fundamental: la pérdida de conciencia.
El síncope también reconoce en la base en la mayoría de los casos un problema de tipo presivo (por lo tanto hablamos de síncope cardiogénico más que de síncope neurogénico), pero en este caso el sujeto pierde temporalmente el estado de conciencia (aunque solo sea por unos segundos)
Finalmente, en algunos casos se utiliza el concepto simple de lipotimia en pacientes, especialmente cuando padecen patología crónica, para indicar un estado de debilidad leve pero constante. En estos casos se puede asociar a otros síntomas y signos típicos como pérdida de peso , febrícula , …
Síntomas
Ante la misma lipotimia en ocasiones podemos encontrar síntomas de «advertencia» en el relato del paciente, como:
- palpitaciones (debido al aumento de la frecuencia cardíaca, cuyo propósito es contrarrestar la reducción de la presión),
- aumento de la sudoración,
- sensación de náuseas
- cambios visuales,
El episodio lipotímico real entonces, como ya se mencionó anteriormente, se caracteriza por una sensación de debilidad (con una pérdida adjunta, aunque muy rara, de la conciencia).
Otros elementos presentes pueden ser:
- debilidad en las extremidades inferiores (el paciente informa que las piernas de repente «ceden», de repente tiemblan, parecen no sostener más el cuerpo de arriba),
- cambios visuales, hasta un verdadero velo negro, que son un signo típico de oxigenación reducida a nivel central,
- dolor de cabeza ,
- tinnitus y molestias acústicas, típicas de los cambios de presión arterial.
Estos signos y síntomas en su conjunto, ya que se deben a que el sistema nervioso autónomo (no funciona de la forma correcta) se denominan «neurovegetativos» y obviamente no dependen de la voluntad del sujeto.
Diagnóstico
El diagnóstico de lipotimia es fundamentalmente clínico y se basa fundamentalmente en la historia anamnésica del paciente, a la que el médico debe prestar especial atención, prestando especial atención a algunos detalles que pueden o no sugerir otro tipo de problemas.
Precisamente por tratarse de un diagnóstico de exclusión, las pruebas necesarias pueden ser las destinadas a excluir las patologías sospechadas en cada momento (investigaciones radiológicas, pruebas de función cardíaca en ejercicio, dosificaciones sanguíneas, neuroimágenes, …).
Cuidado
En el caso de que se encuentre una patología orgánica, el objetivo debe ser su resolución (pensemos por ejemplo en un gasto cardíaco reducido por un defecto valvular que el cardiocirujano deberá corregir).
Por otro lado, cuando la lipotimia no encuentra confirmación orgánica y diagnóstico definitivo, el objetivo de la terapia debe ser una correcta educación del paciente, encaminada a prevenir posibles episodios desencadenantes.
Para los pacientes mayores, por la mañana, es necesario sentarse en el borde de la cama durante unos momentos antes de poder levantarse. Esto permitirá que el sistema ortosimpático disponga del tiempo adecuado para reequilibrar la estructura de presión y asegurar una perfusión cerebral adecuada.
En pacientes que padecen de forma crónica baja presión es necesario complementar la dieta, posiblemente también con ayudas farmacológicas, con el fin de incrementar el flujo sanguíneo al sistema nervioso central.
Cuando el paciente reconoce las situaciones que desencadenan con mayor frecuencia estos episodios lipotímicos, es necesario que aprenda a reconocerlos y evitarlos. Al hacer esto, puede ser esencial poder identificar los síntomas vegetativos de advertencia lo antes posible.
En la mayoría de los casos, sin embargo, el episodio lipotímico es «circunstancial»: surge repentinamente y desaparece con la misma rapidez. Es un episodio transitorio, ligado a un estrés particular y no necesariamente tenderá a repetirse.
Fuentes y bibliografía
- Directrices para el diagnóstico y tratamiento del síncope (versión 2009)
- Pérdida transitoria del conocimiento (‘apagones’) en mayores de 16 años
- Síntomas y signos de síncope: una revisión del vínculo entre fisiología y pistas clínicas.
por la Dra. Raffaella Ergasti
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