Contenido
- 1 Introducción
- 2 ¿Qué es una infiltración?
- 3 ¿Para qué enfermedades está indicada la terapia infiltrativa?
- 4 ¿Cuándo, por el contrario, están contraindicadas las infiltraciones?
- 5 ¿Qué sustancias se inyectan?
- 6 ¿Dónde se realizan las infiltraciones?
- 7 ¿Las infiltraciones curan la osteoartritis?
- 8 ¿Se puede evitar la cirugía con infiltraciones?
- 9 ¿Las infiltraciones tienen complicaciones?
- 10 ¿Qué dice la literatura?
Introducción
Quienes padecen artrosis son muy conscientes de los problemas relacionados con el dolor y la dificultad de movimiento, que también se sienten en actividades cotidianas comunes como
- Sube las escaleras,
- levantarse de una silla
- o sentarse en el coche.
Ya sea la rodilla, la cadera o el hombro, la función articular se ve a menudo comprometida, pero la elección de la cirugía no siempre es la solución más adecuada: una buena alternativa que encuentra un gran consenso entre los ortopedistas está representada por las infiltraciones, practicables entre los otros también en el clínica.

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¿Qué es una infiltración?
Una infiltración es la inyección de una droga.
- dentro de la articulación enferma (infiltración intraarticular)
- o en el espacio que rodea la articulación (infiltración periarticular):
el médico identifica el punto exacto en el que realizar la punción y procede con la infiltración.
Es un tratamiento real, llamado «terapia infiltrativa», cuyas modalidades varían según las sustancias utilizadas.
A lo largo de los años se han utilizado diversas técnicas, pero hasta la fecha el procedimiento ecográfico guiado por ecografía, que utiliza imágenes ecográficas en tiempo real, permite inyectar la sustancia con mayor precisión en la articulación. El soporte ecográfico se utiliza en particular para infiltraciones de cadera y rodilla, no requiere el uso de medios de contraste y también puede repetirse sin ningún tipo de exposición a radiación.
¿Para qué enfermedades está indicada la terapia infiltrativa?
El tratamiento infiltrativo se utiliza en enfermedades articulares inflamatorias y degenerativas caracterizadas por dolor, como
- artrosis
- artritis no infecciosa,
- condropatías,
- capsulitis,
- tendinitis ,
- tenosinovitis,
- juanetes ,
- fascitas,
- síndromes de raíz,
- fibrósitis,
- entesopatías.
Siguiendo el consejo de un especialista en ortopedia o fisiatra, las infiltraciones pueden estar especialmente indicadas para los grados leves o moderados de osteoartritis.
- de la rodilla (gonartrosis),
- cadera (coxartrosis),
- de la columna vertebral (espondilosis),
- hombro
- y dedos (rizartrosis).
La terapia puede resultar ventajosa en pacientes en los que los fármacos antiinflamatorios habituales ( ácido acetilsalicílico , ibuprofeno , …) estén contraindicados o sean ineficaces, así como cuando los tratamientos fisioterapéuticos no hayan permitido alcanzar beneficios suficientes en cuanto a alivio del dolor y recuperación. de movilidad.
Se puede prever una sola inyección o una serie de infiltraciones (normalmente tres o cuatro) con unas pocas semanas (de dos a cuatro) entre sí.
¿Cuándo, por el contrario, están contraindicadas las infiltraciones?
Las principales contraindicaciones vienen dadas por
- infecciones articulares o periarticulares (que representan una contraindicación absoluta),
- la presencia de un derrame de sangre en la articulación (hemartrosis)
- problemas de la piel como
- eritema,
- pústulas
- y signos de psoriasis en la zona a infiltrar.
Cuando se sospecha infección articular, es necesario realizar una artrocentesis y analizar el líquido: la infiltración intraarticular se puede realizar solo en caso de examen negativo.
¿Qué sustancias se inyectan?
La terapia infiltrativa hasta la fecha utiliza esencialmente cuatro alternativas posibles:
- Anestésicos locales (lidocaína), especialmente para inyección periarticular (para tratar enfermedades de tendones, ligamentos y músculos). Se utilizan exclusivamente con fines analgésicos: su eficacia se basa en la identificación de «puntos gatillo», es decir, determinadas zonas del músculo que provocan dolor en las que proceder a la inyección manteniendo el principio activo en la zona deseada.
- Medicamentos de cortisona (metilprednisolona, a menudo en asociación con lidocaína, por ejemplo Lido DepoMedrol®), intraarticular o periarticular. Realizan una importante acción antiinflamatoria y analgésica y representan la opción más utilizada en la terapia infiltrativa; Sin embargo, estudios recientes sobre otras sustancias como el ácido hialurónico y los factores de crecimiento están reduciendo la importancia de administrar cortisona sola.
- Ácido hialurónico, intrarticularmente. Es una sustancia viscosa, normalmente presente en el cuerpo y utilizada en medicina estética como relleno para tratar imperfecciones de la piel, pero no solo: en los cartílagos representa un componente del líquido sinovial y cumple una función fundamental por sus características lubricantes y para amortigua los golpes cuando caminamos o corremos. Con el paso de la edad, la concentración de ácido hialurónico tiende a disminuir, por lo que se utiliza en infiltraciones para reponer la cantidad perdida con el envejecimiento y por eso hablamos de viscosuplementación. Algunas preparaciones de ácido hialurónico (las de alto peso molecular) permiten realizar una única infiltración con beneficios que duran hasta seis meses.
- Concentrado de plasma rico en plaquetas (PRP). Estos son los compuestos más recientes, sobre los que aún se están realizando varios estudios y experimentos, ya que las plaquetas liberan numerosas sustancias que favorecen la reparación tisular e influyen en el comportamiento de otras células modulando la inflamación. El tratamiento con PRP se realiza comúnmente para lesiones musculares, patologías crónicas de los tendones (tendinopatía de milenrama, tendinopatía rotuliana, fascitis plantar, tendinopatía del hombro, epicondilitis, epicondilitis, tendinopatía isquiática), pero también para enfermedades degenerativas como gonartrosis, rizoartritis y coxartrosis. La efectividad, actualmente, no es superior a las infiltraciones con ácido hialurónico con las que podemos contar con años de experiencia y evidencia científica.
¿Dónde se realizan las infiltraciones?
El tratamiento infiltrativo puede realizarse en una clínica ortopédica, fisiológica o radiológica, en este último caso si se utiliza la ecografía como ayuda a la infiltración.
El procedimiento, realizado por un médico especialista, es extremadamente corto y no dura más de diez minutos. No se requiere hospitalización.
¿Las infiltraciones curan la osteoartritis?
Dado que la osteoartritis es una patología degenerativa, ningún tratamiento farmacológico puede restaurar perfectamente la articulación enferma a su estado intacto .
Las infiltraciones realizadas en pacientes afectados por grados leves y moderados de artrosis, sin embargo, pueden limitar la degeneración y permitir obtener un beneficio en cuanto al dolor y la función articular: estudios recientes han demostrado cómo un ciclo de infiltraciones con ácido hialurónico en la rodilla permite para lograr hasta un año de ausencia de síntomas dolorosos, lo que se traduce en una menor rigidez de la extremidad y una marcada mejora en la capacidad para realizar las actividades cotidianas habituales.
Después de un año, la infiltración (o el ciclo de infiltraciones) se puede repetir para continuar con el efecto beneficioso. El número de sesiones óptimas, el tipo de sustancias a utilizar y el procedimiento adecuado quedarán a criterio del médico especialista que considerará globalmente la patología en curso.
¿Se puede evitar la cirugía con infiltraciones?
La única intervención decisiva en la artrosis grave es el uso de la cirugía, que consiste en la reconstrucción completa de la articulación mediante la inserción de una prótesis .
El objetivo de la terapia infiltrativa es, si no evitar, al menos retrasar la cirugía.
Este resultado se puede obtener mediante la mejora de las condiciones clínicas (dolor, rigidez articular, dificultad de movimientos), especialmente en aquellos sujetos menores de 65 años, activos y con una expectativa de vida aún alta, posponer la cirugía es más posible: actual Las prótesis, de hecho, se producen gracias a las tecnologías modernas en cuanto a la eficiencia de los materiales (aleaciones metálicas, materiales plásticos o cerámicos), pero se caracterizan por una vida útil limitada de unos 15 años, tras lo cual se hace necesaria una segunda intervención de revisión. Por lo tanto, para evitar una nueva cirugía después de algún tiempo en sujetos de edad avanzada, es deseable proporcionar a tiempo un ciclo infiltrativo.
¿Las infiltraciones tienen complicaciones?
La posibilidad de efectos secundarios es realmente baja.
Las infiltraciones intraarticulares bien realizadas permiten que la sustancia se libere exclusivamente dentro de la articulación sin que se salga, así como las inyecciones intramusculares, por lo que los anestésicos locales actúan solo en la zona elegida sin pasar a la circulación y extenderse por el cuerpo.
En algunos pacientes se producen reacciones adversas locales que consisten en:
- dolor en la articulación afectada por la infiltración,
- sensación de calidez,
- hinchazón en el lugar de la inyección,
- eritema (enrojecimiento).
Estos son signos y síntomas que se autolimitan en 24-48 horas, en el sentido de que se resuelven sin tratamiento y no necesariamente se repiten en una infiltración posterior.
¿Qué dice la literatura?
Hasta la fecha, la literatura científica disponible aún no ha aclarado definitivamente las fortalezas y los límites de la terapia intraarticular; Una revisión Cochrane de 2015 concluye que la infiltración de cortisona puede garantizar un alivio moderado del dolor y cierta recuperación de la movilidad, que desafortunadamente está destinada a desaparecer en unos pocos meses.
Por otro lado, la disponibilidad de estudios relacionados con la utilidad del ácido hialurónico es más nebulosa.
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