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Introducción
La percepción del dolor a nivel ocular es un síntoma que une varias patologías, que no siempre afectan únicamente a los ojos, además de ser causa de graves molestias para los afectados.
Independientemente de si es el derecho o el izquierdo, dependiendo de la ubicación, el dolor en el ojo puede estar relacionado con:
- las estructuras oculares más externas, en este caso se describe como
- perforación,
- agudísimo
- y agudo;
- la porción ubicada posterior o interna al ojo, típicamente referida como
- botón,
- opresivo,
- agudísimo
- y sordo.
El dolor superficial suele estar relacionado con la presencia de un cuerpo extraño en el ojo o una infección, pero la presencia de un dolor particularmente intenso, especialmente si se acompaña de alteraciones visuales (como una reducción de las mismas), debe inducir al paciente a buscar asistencia médica inmediata.
A pesar de que esta condición clínica muchas veces se resuelve de manera espontánea, siempre es recomendable identificar la causa subyacente del dolor contactando con un oftalmólogo, quien podrá determinar si se trata de una irritación superficial o una patología más grave, a tratar. adecuadamente específicamente.
Causas
En muchos casos, esta sensación dolorosa es transitoria, inespecífica y tiende a resolverse en poco tiempo; en otros casos, además de la sensación de dolor ocular, pueden coexistir otras manifestaciones clínicas relacionadas con los ojos, tales como:
- enrojecimiento de los ojos ,
- lagrimeo ,
- visión borrosa,
- protuberancia del ojo (ojo que sobresale),
- hinchazón de los párpados.
Esta procesión de síntomas nos permite creer, probablemente, que en la base del trastorno pueden existir patologías que afecten directamente al aparato visual, en particular
- córnea (la membrana transparente ubicada frente al iris y la pupila, una estructura rica en terminaciones nerviosas y sensible a los estímulos dolorosos),
- conjuntiva (la membrana delgada que recubre los párpados desde el interior y cubre la parte anterior del ojo).
Por tanto, pueden provocar dolor ocular:
- conjuntivitis ,
- uveítis ,
- úlceras corneales,
- quemaduras químicas,
- herpes zóster oftálmico,
- queratitis de
- herpes simple ,
- lentes de contacto,
- glaucoma ,
- neuritis óptica ,
- trauma ocular,
- alergias.
Dolor de ojos y dolor de cabeza
En otros casos, sin embargo, el dolor ocular puede ser en realidad una proyección de una condición clínica que afecta a los ojos solo de manera secundaria, como sucede en el caso de:
- inflamación del nervio trigémino ,
- la sinusitis ,
- dolor de cabeza en racimo ,
- la migraña ,
- migraña oftálmica .
Estas afecciones suelen ir acompañadas de dolores de cabeza, que sin embargo pueden tomar diferentes formas y localizaciones según el caso:
- Trigeminal: el dolor generalmente afecta solo un lado de la cara y también se puede sentir en los labios o la lengua, a veces desencadenado por acciones simples como cepillarse o masticar. Viene en forma de punzadas cortas, punzantes y repetidas.
- Sinusitis: el dolor puede ser bilateral (afectando a ambos lados del rostro) y concentrarse, así como en el ojo, en los pómulos y en los lados de la nariz.
- Dolor de cabeza en racimo: el dolor de cabeza se localiza solo en un lado y generalmente afecta toda la cuenca del ojo. A menudo se asocia con lagrimeo, enrojecimiento, congestión nasal.
- Migraña: el dolor es unilateral (solo en un lado de la cabeza) y afecta al frente o al costado; a menudo se acompaña de fotofobia (molestia con la luz).
- Migraña oftálmica: es una forma poco común, acompañada de alteraciones visuales, típicamente la pérdida temporal de la visión en un ojo.
Cuando preocuparse
El dolor ocular a menudo se puede atribuir a una irritación superficial que se manifiesta como la percepción de un rasguño o arena en el ojo, pero es bueno no subestimar otros síntomas que podrían ser indicativos de una afección más preocupante, como:
- vómitos ,
- fiebre ,
- escalofríos ,
- la fatiga ,
- dolores musculares ,
- visión reducida a la luz (percepción de halos en los bordes del haz de luz),
- agudeza visual reducida,
- protuberancia de un ojo,
- incapacidad para mover el ojo en varias direcciones.
Cuando el dolor es particularmente intenso, la conjuntiva está enrojecida y uno o más de los síntomas enumerados están presentes, es importante acudir de inmediato a un oftalmólogo que pueda identificar la causa e intervenir con prontitud.
En caso de trauma o quemaduras, es necesario acudir sin demora a la sala de emergencias más cercana.
En el caso de un dolor ocular leve, sin otros signos o síntomas, en ocasiones es posible retrasar 1 o 2 días para valorar si se trata de una afección transitoria o no, quizás después de consultar con su médico por teléfono.
Diagnóstico
El diagnóstico lo realiza generalmente un oftalmólogo, mediante un escrupuloso examen médico que incluye:
- Recolección anamnésica : el médico podrá recopilar información sobre el inicio, la calidad, la gravedad del dolor y la historia previa de episodios similares. Además de la búsqueda de síntomas oculares asociados (como cambios visuales, sensaciones de cuerpo extraño, percepciones dolorosas con el movimiento ocular), se buscarán otros hallazgos indicativos de patologías que pueden estar en la base del dolor, como por ejemplo:
- presencia de aurea (procesión sintomática típica de la migraña);
- fiebre, escalofríos (hallazgos que pueden sugerir infecciones activas);
- tos productiva, rinorrea purulenta (moco nasal con pus), halitosis , síntomas indicativos de una posible sinusitis.
También tendrá en cuenta:
- enfermedades conocidas que pueden ser un factor de riesgo de dolor ocular ( enfermedades autoinmunes , esclerosis múltiple , migrañas, infecciones de los senos nasales),
- uso o abuso de lentes de contacto,
- Exposición excesiva a la luz solar.
- cirugía ocular realizada recientemente,
- lesiones oculares documentadas.
- Examen físico : el examen ocular será preciso y completo y puede hacer uso de algunas investigaciones, como:
- Examen del campo visual: se realiza colocando el mentón y la frente del paciente sobre un instrumento computarizado que envía estímulos luminosos a un ojo, mientras que el otro se ocluye. La persona que está siendo examinada debe presionar un botón cada vez que ve un estímulo de luz en el espacio frente a él. Esta investigación es muy útil en el diagnóstico de glaucoma y en algunas patologías de la retina, el nervio óptico y el sistema nervioso central, pero puede resultar insensible en el caso de pacientes que no cooperan.
- Examen con lámpara de hendidura: el paciente se inclina y mira hacia un instrumento óptico equipado con una lámpara capaz de entregar un haz de luz a un área específica del ojo, lo que permite al especialista analizarlo. Es un examen seguro e indoloro que le permite visualizar el bulbo, los anexos, las capas corneales, el vítreo, las cámaras anteriores, el cristalino y el iris, proporcionando un análisis preciso del ojo.
- Tonometría: método que permite medir la presión ocular, mediante el uso de un tonómetro de contacto o respiratorio.
- Oftalmoscopia: es una investigación que implica el uso de un oftalmoscopio, capaz de observar el fondo de ojo y diversas estructuras que componen la túnica retiniana del globo ocular.
Cuidado
Obviamente, el tratamiento se establece en virtud de la causa que provocó la aparición del dolor ocular.
En muchos casos, se pueden usar analgésicos de venta libre para detener el dolor (como acetaminofén o medicamentos antiinflamatorios no esteroides ); en presencia de dolor particularmente intenso, puede estar indicada la administración de opioides.
Algunos trastornos que afectan la córnea pueden extenderse indirectamente a la cámara anterior del ojo (el espacio lleno de líquido entre el iris y la parte interna de la córnea) y causar un espasmo del músculo ciliar (responsable de controlar el iris). Cuando este espasmo está presente, la exposición a la luz puede causar una contracción aguda del músculo con empeoramiento del dolor.
Las personas que tienen dolor por uveítis anterior o enfermedad de la córnea pueden usar gotas para los ojos con un efecto analgésico (como ciclopentolato).
Este fármaco, de hecho, actúa impidiendo la contracción del músculo ciliar, dilatando la pupila y evitando que se genere dolor por la exposición al estímulo lumínico.
En cualquier caso, antes de recurrir a fármacos para paliar tu condición, siempre es mejor consultar a un médico que establezca el tratamiento y la posología más adecuados.
Fuentes y bibliografía
- MSD
- Toselli C., Mejor M. Oftalmología Clínica. Monduzzi. (1979). ISBN 88-323-1601-3
- Buratto L. El ojo, sus enfermedades y sus curas. Saltador
- Kanski J. Oftalmología clínica. Elsevier Masso
- Gislin Dagnelie, Visual Prosthetics: Physiology, Bioengineering, Rehabilitation , Springer Science & Business Media, 21 de febrero de 2011, p. 398, ISBN 978-1-4419-0754-7.
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