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Introducción
El estiramiento muscular es el daño que sufre un músculo y surge como consecuencia de un esfuerzo físico excesivo, capaz de provocar un estiramiento y desgarro completo de las fibras con pérdida de la función contráctil.
La distensión muscular afecta con frecuencia a los músculos de la espalda y las piernas después de lesiones deportivas y al levantar objetos pesados (por ejemplo, al levantar una mochila de forma repentina, o al jugar con niños, …).
La diferencia entre estiramiento y distorsión radica en algunas características específicas:
- Estiramiento : afecta las fibras del músculo o los tendones (es decir, aquellas fibras que conectan el músculo con los huesos y les permiten moverse a través de la contracción).
- Esguince : afecta a los ligamentos (es decir, aquellas fibras que conectan dos segmentos óseos, por ejemplo, los ligamentos del tobillo).
En casos leves de estiramiento, se dañan pocas fibras y el músculo conserva su capacidad para generar fuerza; mientras que en casos severos se comprometen todas las fibras, hasta la rotura total de las cabezas musculares (desgarro muscular) y la pérdida completa de la función.
En la práctica clínica, los desgarros musculares se clasifican en tres grupos, según la gravedad del cuadro:
- Grado I: el daño es leve, ya que solo se dañan algunas fibras. El músculo conserva su función contráctil, aunque puede ser doloroso e hinchado.
- Grado II: el daño es mayor y más fibras se ven afectadas. Pueden estar presentes
- dolor,
- hinchazón,
- pérdida moderada de fuerza,
- hematomas y enrojecimiento en el área afectada.
- Grado III: es una lesión grave, en la que las fibras quedan totalmente desgarradas. La lágrima causa
- sensación de «chasquido» debido a la división del músculo en dos extremos separados, o al deshilachamiento del tendón,
- pérdida completa de fuerza,
- dolor mayor,
- hinchazón,
- hematomas y enrojecimiento de la piel,
- «Paso» o discontinuidad justo debajo de la piel debido a la rotura del músculo.

Por BruceBlaus – Trabajo propio , CC BY-SA 4.0 , Link
El pronóstico de la distensión muscular depende del grado de daño y la ubicación, pero en la mayoría de los casos se observa una recuperación completa.
- En grados leves, los síntomas mejoran en un par de semanas y se curan en aproximadamente seis semanas.
- En casos leves a moderados en la pierna (por ejemplo, distensión de la pantorrilla), puede llevar de 8 a 10 semanas.
- En casos graves, es necesaria la reconstrucción quirúrgica de las cabezas musculares desgarradas y la rehabilitación posterior.
En situaciones más complejas (por ejemplo en el caso de lesiones grado III, presencia de obesidad severa o enfermedades osteoarticulares) el pronóstico es menos favorable e implica un proceso de rehabilitación quirúrgica y motora.
Causas y factores de riesgo
Muchas de las distensiones musculares surgen debido a un estrés excesivo principalmente debido a:
- estiramiento muscular más allá de sus límites de resistencia,
- contracción vigorosa.
Si bien la distensión muscular es ciertamente más común en personas que practican deporte y en deportistas, este tipo de lesión también puede ocurrir en quienes no practican actividad física.
Los deportes de mayor riesgo son aquellos:
- contacto (rugby, fútbol, hockey, boxeo),
- que incluyen arranques rápidos, paradas y cambios de dirección (carrera de obstáculos, baloncesto, tenis, …).
Las áreas musculares más afectadas por distensiones y lesiones musculares en general son:
- Espalda : al levantar pesos o cargas pesadas, incluso fuera de la actividad deportiva.
- Piernas y tobillos : en caídas, en saltos o en deportes como el baloncesto.
- Codo : en deportes de tiro o raqueta.
Distensión muscular de la espalda
El estiramiento muscular de la espalda es un fenómeno muy frecuente e involucra las fibras musculares y tendinosas que sostienen la columna y permiten una posición erguida.
El daño a estas fibras hace que los músculos no desarrollen la fuerza suficiente para mantener la columna en la posición adecuada, provocando dolor e irritación de los nervios que salen de los segmentos vertebrales. El dolor, además de estar presente a nivel de la zona afectada, también se puede sentir a distancia, por ejemplo a lo largo de la ingle, el muslo, la pantorrilla y el pie ( cruralgia y ciática ).
Las causas más comunes de tensión en la espalda son:
- tensión muscular excesiva,
- caídas,
- flexión repetitiva de la columna vertebral,
- levantar cargas pesadas sin haber calentado previamente,
- síndromes psicosomáticos,
- la obesidad ,
- Postura incorrecta tanto sentado como de pie.
Distensión del músculo de la pantorrilla
La distensión muscular de la pantorrilla se debe a la tensión excesiva de los músculos ubicados en la parte posterior de la pierna, responsables de los movimientos de propulsión como correr y saltar.
Ocurre con frecuencia después de aterrizar después de un salto y en deportes caracterizados por cambios rápidos de dirección y velocidad.
La lesión más común es la de la pantorrilla interna, también conocida como pierna de tenis, como se ve comúnmente en los jugadores de tenis.
Síntomas
Los síntomas de la distensión muscular dependen de la extensión del estrés que causó el daño a las fibras:
- dolor (percibido principalmente en los movimientos en los que se utiliza el segmento músculo-tendinoso dañado; en los casos leves el dolor se alivia con el reposo, mientras que en los casos graves puede persistir continuamente);
- hinchazón (debido a la reacción inflamatoria),
- presencia de hematomas y enrojecimiento de la piel (debido a la extravasación de sangre de los capilares musculares dañados)
- calambres o espasmos musculares (debido a la pérdida de la función contráctil normal),
- chasquido (a veces se siente cuando las fibras se rompen),
- limitación de movimientos,
- debilidad muscular,
- pérdida completa de fuerza,
- formación de un «escalón» a nivel de la división de las fibras.
Diagnóstico
El diagnóstico de distensión muscular es clínico y tiene como objetivo determinar si las fibras musculares están dañadas solo parcial o completamente, en vista del programa terapéutico y de rehabilitación.
El médico realizará una investigación personal y sintomática (antecedentes patológicos).
- Recolección de datos expuestos por el paciente respecto a:
- actividad física realizada antes de la aparición de los síntomas,
- sensación de «chasquido» durante el movimiento,
- debilidad muscular o pérdida de fuerza,
- espasmos o calambres musculares,
- dolor en reposo o con esfuerzo.
- Examen físico para investigar la presencia de:
- cambios en la piel (como un pequeño paso, enrojecimiento, hinchazón o hematomas),
- disminución de los movimientos articulares y musculares,
- espasmos o calambres musculares,
- exámenes instrumentales en casos dudosos o para cuantificar el daño:
Cuidado
La terapia de tensión muscular está determinada por el grado de daño.
En casos leves (grados I y II), no todas las fibras se dañan y el músculo conserva una capacidad parcial de contracción; en estos pacientes, el médico puede sugerir el denominado protocolo RICE:
- Descanso : suspender temporalmente la actividad física de los deportistas, o en todo caso mantener en reposo la zona afectada.
- Aplicación de hielo (Ice, inglés) para ayudar a desinflar la zona y disminuir el dolor. La aplicación consta de ciclos que duran entre 15 y 20 minutos a la vez.
- Compresión para disminuir la hinchazón: envolver la zona con un vendaje compresivo partiendo de la zona más alejada del corazón y yendo hacia atrás, cuidando de no apretar demasiado para no comprimir los vasos sanguíneos. Afloje el vendaje en caso de dolor, disminución de la sensibilidad o hinchazón debajo.
- Elevación de la zona afectada, especialmente por la noche, para favorecer el retorno venoso de la sangre y así mejorar la hinchazón y el dolor (por ejemplo colocando una almohada debajo de la zona mientras duerme, o apoyando la pierna en una silla cuando está sentado)
Luego, se pueden recetar medicamentos antiinflamatorios para el dolor y la hinchazón, que inicialmente pueden promover hematomas.
En lesiones más graves (grado III), generalmente se utiliza un abordaje quirúrgico y rehabilitador.
Prevención
Para prevenir las distensiones musculares es bueno calentar los músculos ante los esfuerzos físicos exigentes (por ejemplo antes de levantar mochilas, jugar con los nietos, …) o con vistas al entrenamiento.
Sería bueno estar en forma antes de entrenar y no entrenar para estar en forma.
Es una buena práctica:
- Haz un buen calentamiento muscular al inicio de los ejercicios y un estiramiento final.
- Entrena paulatinamente, aumentando paulatinamente la carga e intensidad de trabajo, y en todo caso siempre contando con un entrenador personal.
- Mantener un buen peso corporal: el sobrepeso y la obesidad estresan los músculos, especialmente en las piernas y la espalda.
- Mantenga una postura adecuada.
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