Introducción
Los cálculos biliares son formaciones sólidas, a menudo colesterol , que se encuentran dentro de la vesícula biliar (vesícula biliar), y que si bloquean el conducto biliar, pueden provocar cólicos dolorosos.
Entre las causas subyacentes de la formación de cálculos (colelitiasis) recordamos la diabetes tipo II y el sobrepeso , pero las dietas demasiado agresivas (muy hipocalóricas) pueden aumentar el riesgo de formación.
Las personas más comúnmente afectadas son las mujeres de 40 años, pero el trastorno es bastante común incluso a una edad más temprana y entre los hombres. La mayoría de las veces la enfermedad es asintomática, mientras que en otros pacientes puede causar dolor por obstrucción de la vía biliar.
La terapia en caso de un evento agudo es puramente médica, mediante la administración de medicamentos y, si es necesario, la cirugía, mientras que la nutrición puede jugar un papel importante en su prevención, es decir, en la reducción del riesgo de que se formen o aumenten de volumen.
La bilis es un líquido producido por el hígado y almacenado en la vesícula biliar y es importante para la asimilación de las grasas ingeridas con la dieta: los compuestos que forman la bilis de hecho funcionan como emulsionantes, interactúan con las grasas y ayudan al intestino a absorberlas. Por tanto, es fundamental disponer de una producción de bilis suficiente para poder asimilar la cantidad justa de este tipo de macronutrientes que, de no asimilarse, pueden inducir la aparición de diarreas y reducir notablemente el aporte energético de la dieta.

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Prevención
Para prevenir la formación de cálculos biliares, las indicaciones presentes en la literatura son relativamente genéricas, pero no menos relevantes ni útiles, y siempre válidas a efectos de un buen comportamiento dietético de la población general:
- en presencia de sobrepeso u obesidad, reduzca gradualmente el peso con una dieta baja en calorías, equilibrada y progresiva;
- preferir el consumo de comidas pequeñas y numerosas, con el fin de dividir la excreción de bilis en el tiempo y así disminuir la posibilidad de depósitos de colesterol;
- beber al menos 1,5 litros de agua al día;
- aumentar el consumo de frutas y verduras para favorecer la motilidad intestinal y acelerar el tránsito de alimentos en el intestino;
- limitar el consumo de bebidas y alimentos dulces o procesados en exceso, favoreciendo una dieta baja en grasas.
La actividad física regular debe ser un elemento básico de su estilo de vida; una caminata enérgica, practicada constantemente al menos 30 minutos al día, también contribuye a disminuir el riesgo de colelitiasis, además de los obvios beneficios en términos de prevención cardiovascular.
Alimentos recomendados o permitidos
- Pastas, pan, arroz, cereales en general, especialmente integrales,
- leche y yogur parcialmente desnatados,
- carne magra, sin grasa,
- quesos con moderación (una o dos veces por semana),
- fiambres desgrasados,
- aceite de oliva virgen extra,
- frutas y vegetales.

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Alimentos prohibidos
- Leche entera,
- quesos grasos maduros,
- salchichas
- huevos,
- frutos secos y aceitunas (por el altísimo porcentaje de grasa, aunque sea de buena calidad),
- postres
- cremas
- salsas
- alcohólico.
Es obvio que los alimentos no recomendados deben limitarse lo más posible, en este caso me gustaría decir que entre todos se debe abolir uno en particular: el alcohol es una toxina que simplemente colapsa el hígado, en caso de que ya tengas hígado. problemas (como es el de la colelitiasis) van a sumar una carga mayor y además inútil es definitivamente una mala idea.
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