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Introducción
La criptorquidia significa la incapacidad de uno o ambos testículos para descender al escroto y su persistencia de forma inguinal o abdominal de forma permanente.
La afección afecta principalmente al testículo derecho y ocurre bilateralmente en aproximadamente el 30% de los casos.
La criptorquidia está presente en casi el 5% de los recién nacidos en el momento del nacimiento, aumentando esta incidencia en los prematuros alcanzando un porcentaje de alrededor del 15%.
Representa la anomalía más frecuente del aparato urogenital en los niños y puede asociarse a otras anomalías del tracto genito-urinario, pero en la mitad de los lactantes el testículo tiende a descender espontáneamente al escroto durante los 2 primeros años de vida.
La patología es casi siempre asintomática ya que rara vez manifiesta su presencia con dolor, inflamación o hinchazón, pero es una condición que debe ser reconocida y tratada con prontitud dentro de los dos primeros años de vida, para evitar complicaciones a largo plazo, como infertilidad , isquemia y necrosis testicular, y mayor riesgo de degeneración neoplásica (aproximadamente 15%).
El diagnóstico es principalmente clínico, es decir, basado en la anamnesis y la exploración física, y se apoya en pruebas instrumentales como la ecografía testicular, la resonancia magnética o la laparoscopia abdominal exploratoria.
Si la criptorquidia no se ha resuelto por sí sola dentro de los dos primeros años de vida, se aborda mediante una cirugía de orquidopexia, que consiste en localizar el testículo criptorquidia y reposicionarlo en el escroto, donde se ancla con suturas a la misma pared del bursa escrotal.
Causas
Durante el desarrollo fetal, los testículos descienden desde el polo inferior del riñón por vía abdominal hasta el escroto a través del canal inguinal. En caso de criptorquidia este trayecto puede interrumpirse con el testículo que se encuentra alojado a nivel del canal inguinal o incluso en el abdomen.
En base al área que ocupa el testículo «criptorquídea» hablaremos de posición:
- abdomen superior,
- abdomen bajo,
- inguinal,
- retroperitoneal,
- suprapúbico
- perineal
- femoral (a lo largo de la cara interna del muslo),
- supraescrotal,
- escrotal alto,
- testículo ectópico (en este caso nos referimos a la presencia del testículo en un área localizada fuera de la trayectoria fisiológica de descenso).

Imagen original de Lamiot – Trabajo propio , CC BY-SA 3.0 , Enlace
La causa de la criptorquidia es casi siempre idiopática, es decir, no reconocible; otras causas más o menos discernibles son de tipo:
- mecánico,
- ambiental,
- genético (especialmente en criptorquidia bilateral),
- hormonal.
Los factores de riesgo más asociados con la criptorquidia son:
- prematuridad del feto,
- infecciones durante el embarazo,
- bajo peso al nacer del feto,
- diabetes gestacional ,
- mujer embarazada fumando .
Finalmente, la criptorquidia se asocia con algunas enfermedades congénitas que presentan anomalías y malformaciones anatómicas, tales como:
- Síndrome de Klinefelter ,
- Síndrome de Noonan,
- Síndrome de Prader-Willi.
Síntomas
La enfermedad suele ser asintomática y presenta síntomas como:
- dolor e hinchazón en la ingle,
- signos de inflamación sistémica ( fiebre , malestar general, astenia y debilidad).
Complicaciones
Aunque el cuadro clínico suele ser silencioso, las complicaciones de la criptorquidia son graves, ya que la afección provoca alteraciones funcionales de los testículos, como:
- reducción o no producción de espermatozoides, lo que resulta en una reducción de la fertilidad o incluso en la infertilidad;
- Reproducción celular alterada, con un mayor riesgo de desarrollar un tumor testicular maligno .
Con el tiempo pueden surgir
- atrofia testicular : el testículo que sufre comienza a encogerse y degenerarse y esto compromete su funcionamiento con la incapacidad de producir una cantidad adecuada de espermatozoides (oligospermia);
- isquemia testicular : la persistencia del testículo, por ejemplo a nivel inguinal, puede provocar compresión de su pedúnculo vascular y sufrimiento celular;
- necrosis testicular : el aumento de la movilidad del testículo puede predisponer a la torsión testicular, con la compresión del cordón espermático, y la falta de riego sanguíneo produce una necrosis con pérdida completa de la función testicular;
- infertilidad : la atrofia testicular hasta la necrosis testicular puede causar infertilidad, especialmente cuando la enfermedad es bilateral, con pérdida de ambos testículos y, por tanto, esterilidad permanente;
- mayor riesgo de desarrollar un tumor testicular maligno (especialmente en el caso de un testículo abdominal);
- presencia de una hernia inguinal ipsolateral en el testículo criptórquido al nacer.
Diagnóstico
Hasta el 80% de los casos de criptorquidia se diagnostican al nacer, mientras que el resto se diagnostica en la infancia o la adolescencia temprana. Al nacer, todos los recién nacidos reciben una evaluación testicular y esta también se lleva a cabo en los años posteriores para evaluar la posición de los testículos durante el crecimiento.
El diagnóstico parte de la historia clínica, investigando con los padres la presencia de:
- cualquier problema encontrado durante el embarazo,
- infección congénita,
- prematuridad del feto,
- familiaridad de la patología.
Al final de la anamnesis, se realiza el examen objetivo que tiene como objetivo identificar ambos testículos a nivel escrotal y reconocer cualquier ascenso.
Desde un punto de vista instrumental, el estándar de oro está representado por la ecografía Doppler color del testículo, que permite evaluar:
- localización del testículo, evaluando su presencia o ausencia normal;
- normalidad de las estructuras de toda la cavidad escrotal;
- circulación sanguínea, reconociendo rápidamente cualquier sufrimiento vascular.
Otra posibilidad diagnóstica instrumental es la de la «laparoscopia exploratoria» con la que se puede tener una visión directa del testículo retenido en la cavidad abdominal o para la confirmación de la agenesia testicular.
Finalmente, la resonancia magnética de abdomen representa una investigación radiológica mínimamente invasiva que puede completar el cuadro diagnóstico de la criptorquidia.
Situaciones similares a la criptorquidia, con las que entran en el diagnóstico diferencial son:
- » Testículo en elevador » o «testículo retráctil»: condición en la que el testículo desde su ubicación normal en el escroto se eleva hacia arriba, colocándose a nivel inguinal; este ascenso del testículo es temporal y reversible y se debe a una fijación alterada del testículo al escroto y su mayor movilidad tras la contracción del músculo cremastérico.
- «Criptorquidia adquirida»: una afección en la que el testículo normalmente ha descendido al nacer, pero posteriormente se mueve a un área anormal y permanece fijo allí sin la posibilidad de volver a descender al escroto.
- «Anorquidia mono o congénita»: ausencia desde el nacimiento de uno y ambos testículos, situación que puede confundirse con criptorquidia.
- Hermafroditismo y pseudoherafroditismo.
- Síndromes de anomalías de los cromosomas sexuales, como el síndrome de Klinefelter
Cuidado
La criptorquidia que persiste más allá de los 2 años de vida debe ser considerada una situación altamente patológica y de riesgo para la salud, por lo que es una condición que requiere una cirugía decisiva.
La cirugía tardía puede provocar infertilidad permanente.
El tratamiento quirúrgico de la criptorquidia se denomina «orquidopexia» e implica el reposicionamiento del testículo dentro del escroto y su fijación allí a la pared escrotal, para evitar cualquier desplazamiento.
En el caso de un testículo que se considera no palpable, se realiza una laparoscopia abdominal que localiza el testículo y lo reposiciona en el escroto.
Para quienes hayan padecido criptorquidia será necesario un seguimiento con controles periódicos en la edad adulta, mediante visita al especialista y ecografía testicular, especialmente para prevenir la aparición de una neoplasia testicular a distancia.
Fuentes y bibliografía
- “Enfermedades de los riñones y del tracto urinario” – FP Schena, FP Selvaggi, L. Gesualdo, M. Battaglia. Ed. McGraw-Hill – cuarta edición.
- Ministerio de Salud
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