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Introducción
El coma farmacológico, también llamado «coma inducido» o «coma artificial», es un estado de coma causado voluntariamente gracias al uso de fármacos específicos. Esta práctica, dado el significado negativo que tiene el término «coma» en la población general, puede parecer al menos contradictorio, sin embargo tiene una utilidad clínica probada y una justificación científica basada en la reducción del metabolismo y por tanto del consumo de oxígeno por parte de de los tejidos con miras a salvaguardar los órganos nobles en momentos de máximo estrés para el organismo.
El principal ámbito de uso del coma farmacológico es, de hecho, el de los cuidados intensivos , la rama de la medicina que se ocupa de la estabilización del paciente incluso antes de su recuperación. En este contexto, es especialmente importante proteger el cerebro, órgano noble y delicado que se ve drásticamente afectado por estados de estrés patológico.
El mismo procedimiento se comparte con el mundo de la cirugía, donde sin embargo el estado de inconsciencia ( anestesia general ) se induce por un período más corto en promedio, con el fin de cubrir solo el tiempo necesario para completar la operación.
La inducción del coma farmacológico es una condición reversible, que finaliza cuando se suspende la administración de fármacos al paciente; los más utilizados en este sentido son:
- Propofol
- Barbitúricos
- Opiáceos
- Benzodiazepinas

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Indicaciones
El coma farmacológico es una condición protectora que se opta por adoptar en el transcurso de situaciones patológicas tan graves que ponen en peligro la salud del cerebro.
Los principales son:
- Lesión grave en la cabeza
- Evento hipóxico ( ictus cerebral , paro cardíaco , insuficiencia respiratoria grave , asfixia …)
- Quemaduras en grandes superficies
- Envenenamiento (por drogas, venenos o sustancias narcóticas)
- Epilepsia severa
- Choque
- Intervenciones quirúrgicas
Efectos
El cerebro es un órgano que requiere grandes cantidades de oxígeno y glucosa para su sustento; esto lo hace particularmente expuesto a riesgos de daño orgánico en caso de que falten estos metabolitos fundamentales. En concreto, más de la mitad del oxígeno y la glucosa que llegan al cerebro se utilizan para el mantenimiento de la actividad eléctrica, mientras que el resto se consume para otros procesos.
Se ha demostrado que la administración de algunas clases específicas de fármacos (los que inducen el estado de coma) provocan una reducción de la actividad eléctrica que se encuentra en el electroencefalograma (EEG). Esta condición permite una reducción de la actividad metabólica de las neuronas durante el período de estrés, lo que prolonga su longevidad y al mismo tiempo redirige una porción de recursos importantes al resto del organismo (fortaleciendo y acortando el tiempo de recuperación).
El manejo del paciente
A excepción del paciente intervenido, el coma farmacológico pertenece a la Unidad de Cuidados Intensivos o Semi-Intensivos. El paciente en coma, de hecho, no puede respirar de forma autónoma y depende para respirar de la intervención del Anestesista a través de:
- intubación endotraqueal: inserción de un tubo desde la boca hasta la tráquea;
- traqueotomía : pequeña incisión quirúrgica que permite el acceso directo a las vías respiratorias desde el exterior, sin pasar por la boca.
Además del manejo de la vía aérea superior en el paciente comatoso, también es importante compensar la suspensión de la mecánica de ventilación pulmonar: tanto el tubo endotraqueal como la traqueotomía terminan en un ventilador que reemplaza la musculatura respiratoria.
En cuanto a la nutrición, dado que obviamente el paciente no puede alimentarse de forma independiente, se puede realizar mediante:
- sonda nasogástrica: una pequeña sonda que va desde las fosas nasales hasta el estómago;
- inyección: infusión intravenosa de nutrientes.
En las salas de cuidados intensivos, los parámetros vitales fundamentales se controlan de forma continua (24 horas al día, 7 días a la semana):
¿Cuánto dura?
La duración del coma farmacológico depende estrictamente del tipo de estrés al que se somete el paciente, por lo que el intervalo es necesariamente muy amplio (de unas pocas horas a meses), pero típicamente entre unos pocos días y dos semanas.
Dicho esto, conviene destacar que el objetivo del anestesista o neurólogo especialista es siempre acabar con el coma inducido lo antes posible , de forma compatible con el avance en la recuperación del paciente y con la naturaleza del trauma.
¿Qué siente el paciente?
Algunos pacientes refieren el recuerdo de pesadillas y alucinaciones al despertar, pero afortunadamente son excepciones, porque la norma es una ausencia total de conciencia.
Seguridad y riesgos asociados
Las difíciles condiciones en las que suelen encontrarse estos pacientes hacen que su manejo sea particularmente delicado; la inducción del coma farmacológico, por lo tanto, no está libre de riesgos y posibles efectos secundarios que incluyen:
- hipotensión grave (presión arterial baja)
- infecciones pulmonares
- tromboembolismo (formación de coágulos peligrosos)
- arritmias (cambios en el ritmo cardíaco)
- llagas por presión (llagas).
No obstante, cabe destacar que fármacos como el propofol (utilizado todos los días en todo el mundo para la anestesia general y para la inducción del coma) tienen por sí mismos un excelente perfil de seguridad; Por tanto, es importante tener en cuenta que los riesgos asociados al coma farmacológico están potencialmente vinculados al estado de salud ya comprometido de quienes deben someterse al procedimiento.
Los pacientes que entran en coma farmacológico suelen ser muy frágiles y delicados, por lo que es difícil discernir entre los resultados debidos al coma farmacológico y los debidos a la afección por la que el paciente fue colocado en coma.
Por esta razón, la elección de inducir el coma se limita a pacientes seleccionados y, en cualquier caso, se evita cuando es posible. En cualquier caso, si el paciente presenta nuevos problemas en el momento del despertar, podría estar indicado encaminarlo a una vía de rehabilitación terapéutica, que puede afectar, por ejemplo, a la esfera.
- motor (reeducación del movimiento)
- psicológico (apoyo emocional)
- ocupacional (reintegración al sector laboral).
Despertar: ¿Cómo sucede? ¿Cuánto dura?
La fase de despertar es muy paulatina y se produce con la suspensión progresiva del fármaco administrado al paciente para mantenerlo en coma. Podemos imaginar este proceso como una serie de pasos sucesivos.
- En primera instancia, la suspensión se realiza durante unos minutos al día, con el fin de comprobar la respuesta del paciente al despertar y su estado general de recuperación.
- En los días siguientes, la amplitud de la ventana del despertar del coma aumenta progresivamente, hasta la suspensión completa de los fármacos y (con suerte) el despertar completo.
¿Cuál es la diferencia entre el coma natural y el coma farmacológico?
A diferencia del coma natural, el farmacológico tiene una duración establecida arbitrariamente por el personal médico. El primero es, por tanto, un mecanismo natural de respuesta al daño, mientras que el segundo es artificial y depende de una decisión externa.
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