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Introducción
El ardor vaginal es un síntoma muy común que puede ocurrir por la presencia de fenómenos locales inflamatorios e irritativos de escasa trascendencia clínica, pero también por patologías más graves y destacables.
Cuando persiste en el tiempo, o cuando se presenta con síntomas intensos, es por tanto necesario acudir a su médico o ginecólogo para que marque la vía diagnóstica y terapéutica más adecuada: en algunos casos el síntoma podría ser, de hecho, el indicador de
- enfermedades de carácter infeccioso-dermatológico,
- cambios en la microflora vaginal,
- desequilibrios hormonales,
- irritaciones causadas por la acción de irritantes locales, como:
- detergentes,
- duchas vaginales,
- ropa demasiado ajustada;
cualquiera que sea la naturaleza del problema, debe identificarse y abordarse correctamente.
El ardor vaginal puede ser constante u ocurrir solo en ciertas situaciones, como durante el coito o la micción. Además, el ardor a menudo no aparece de forma aislada, sino que se acompaña de otros síntomas como
- picazón ,
- dolor (a veces solo durante el coito),
- Aspecto y alteraciones de la composición de las secreciones vaginales ( pérdidas ).
Existen numerosas posibilidades terapéuticas, específicamente indicadas para las diferentes causas del ardor, y muchas medidas que pueden ayudar a aliviar el síntoma y prevenir su reaparición.
Causas
Las causas del ardor vaginal se pueden agrupar en unas pocas categorías amplias que incluyen
- enfermedades de naturaleza infecciosa,
- dermatitis irritativa,
- dermatitis por hipersensibilidad,
- vaginitis atrófica causada por desequilibrios hormonales.
Causas de naturaleza infecciosa o dismicrobismo.
- Micosis (principalmente por candida albicans ),
- infecciones bacterianas y enfermedades de transmisión sexual ( gonorrea , clamidia , vaginosis bacteriana ),
- infecciones por protozoos ( trichomonas vaginalis ),
- infecciones virales ( herpes genital ).
La vagina normalmente alberga una gran cantidad de bacterias y otros microorganismos, esenciales para mantener el equilibrio biológico normal y el pH local adecuado. La especie más representada es la de los lactobacilos acidófilos, que cubren hasta el 90% del total de bacterias presentes a este nivel y cuya presencia es fundamental para evitar el crecimiento excesivo de otros microorganismos patógenos.
Algunas condiciones pueden alterar este equilibrio biológico normal, provocar una disminución de lactobacilos y una prevalencia de especies bacterianas, como Gardnerella vaginalis u otros microorganismos anaerobios, que si están presentes en grandes cantidades pueden volverse patógenos.
En estos casos hablamos de vaginosis bacteriana : no son infecciones reales, ya que las bacterias responsables están presentes incluso en condiciones normales, aunque en concentraciones extremadamente bajas. En caso de que se hagan cargo, pueden conducir al desarrollo de dolencias como
- incendio,
- picar,
- Secreción vaginal de color gris blanquecino con un olor distintivo y desagradable, que se describe como «a pescado»
En otras situaciones, sin embargo, la cavidad vaginal puede ser colonizada por especies microbianas puramente patógenas: este es el caso de enfermedades de transmisión sexual como
- gonorrea,
- clamidia,
- tricomoniasis.
Estas infecciones pueden reconocerse con mayor o menor facilidad según el caso: muchas veces son apenas sintomáticas en la mujer y por tanto pueden pasar desapercibidas. De hecho, los síntomas pueden estar ausentes o muy inespecíficos y pueden confundirse con los de las vaginitis más comunes (prurito, ardor al orinar, secreciones vaginales anormales, dolor pélvico vago).
La candidiasis vaginal es una patología muy frecuente que, a diferencia de las anteriores, suele ser fácilmente reconocible por la presencia de prurito intenso y, en ocasiones, por la producción de secreciones vaginales blancas y espesas.
Finalmente, entre las causas infecciosas del ardor vaginal, cabe mencionar las infecciones de origen viral, aunque representan una categoría cuantitativamente menos importante. El herpes genital puede provocar ardor, sobre todo al orinar, ya que la orina entra en contacto con zonas de piel y mucosas que se encuentran irritadas y dañadas por la presencia de las vesículas que están presentes en la enfermedad en fase activa.
Dermatitis causada por irritación química o mecánica, reacciones alérgicas o de hipersensibilidad.
Estas formas inflamatorias pueden ser causadas por:
- limpiadores vaginales y duchas vaginales,
- jabones y baños de burbujas,
- papel higiénico perfumado,
- condones de látex,
- dispositivos intrauterinos (por ejemplo, la espiral ),
- hisopos vaginales,
- ropa demasiado ajustada,
- mala lubricación durante el coito.
Algunas sustancias presentes en detergentes, jabones, hisopos vaginales o ropa pueden provocar reacciones alérgicas o de hipersensibilidad, que se manifiestan con ardor, picor e irritación local. Las diversas esencias que se utilizan en el ámbito industrial se encuentran entre las sustancias más sensibilizantes, por lo que los sujetos predispuestos deben evitar el uso de productos que las contengan, como el papel higiénico perfumado.
El uso excesivo de duchas vaginales o detergentes demasiado agresivos puede dañar las membranas mucosas y causar irritación y ardor. Sin duda alguna, una adecuada higiene íntima es importante para prevenir el desarrollo de infecciones locales y mantener una adecuada limpieza personal, pero un exceso también puede ser contraproducente; por ello es recomendable utilizar productos específicos y delicados.
El uso de ropa demasiado ajustada o lino de fibras sintéticas y no transpirables puede complicar y acentuar los síntomas de dolor y ardor, especialmente si ya existe una infección o un proceso irritante en curso.
Alteraciones hormonales
Los cambios hormonales que se producen tras la entrada en la menopausia pueden tener repercusiones importantes a nivel del epitelio vaginal: estos tejidos son de hecho extremadamente sensibles a los niveles de estrógenos que garantizan, en condiciones normales y durante el período de vida fértil de una mujer. , trofismo adecuado (proceso de nutrición tisular).
A medida que el estrógeno comienza a disminuir, la mucosa vaginal se vuelve más delgada, más frágil y más susceptible a las infecciones. La producción de moco también tiende a disminuir con la consiguiente menor lubricación. Los síntomas que más experimentan las personas con este tipo de trastorno incluyen:
- sequedad vaginal ,
- picar,
- trastornos de la micción,
- dolor durante las relaciones sexuales ( dispareunia ),
- una mayor frecuencia de cervicovaginitis y cistitis .
La vaginitis atrófica es una afección que se desarrolla principalmente en la edad posmenopáusica como consecuencia de la disminución de la producción endógena de estrógenos pero, en casos menos frecuentes, también puede ser causada por radioterapia, quimioterapia o algunos fármacos utilizados para tratar la endometriosis y el cáncer de mama.
Factores predisponentes
Algunas afecciones pueden favorecer la aparición de ardor vaginal y otros síntomas que lo acompañan; estos factores pueden predisponer a la aparición de infecciones bacterianas o fúngicas, estados de dismicrobismo (alteraciones de la flora bacteriana vaginal normal) o al desarrollo de irritación local:
- uso de antibióticos,
- estados de inmunosupresión, incluso temporal,
- desequilibrios hormonales,
- dieta excesivamente alta en azúcar o diabetes manifiesta
- uso de detergentes e irritantes locales demasiado agresivos,
- Hábitos de higiene y ropa interior inapropiados.
Síntomas acompañantes
El ardor vaginal a menudo no aparece de forma aislada, sino que se acompaña de otras manifestaciones clínicas como:
- picar,
- eritema (enrojecimiento),
- alteraciones de la micción ( aumento de la frecuencia , ardor , …),
- flujo vaginal anormal,
- dolor pélvico .
Algunos de estos síntomas pueden estar más presentes que otros y la forma en que se presenten dependerá de la enfermedad subyacente y de la predisposición subjetiva a desarrollar algunos trastornos en lugar de otros.
Diagnóstico
Para identificar la causa del ardor vaginal es necesario tener en cuenta varios factores; en muchos casos la recopilación de síntomas y la exploración física son suficientes para hacer un correcto diagnóstico, pero en ocasiones puede ser necesario recurrir a pruebas de laboratorio que permitan detectar la presencia de alteraciones específicas o identificar algún microorganismo patógeno responsable de la vaginitis.
Por tanto, un proceso de diagnóstico completo incluye el análisis de:
- anamnesis: historia de episodios previos, cualquier otra patología actual o previa, ingesta de fármacos, hábitos y estilo de vida,
- examen físico:
- síntomas informados por el paciente,
- signos clínicos evidentes durante el examen ginecológico,
- análisis de orina,
- cultura Urina,
- hisopo vaginal o uretral.
¿Qué hacer? Curas y remedios
El tratamiento del ardor vaginal no puede separarse de la terapia de la enfermedad de base que lo provocó, por ello debe ser individualizado y específico.
En el caso de que el prurito sea causado por una vaginitis infecciosa será necesario utilizar fármacos antimicrobianos específicos: los antibióticos están indicados en caso de infecciones bacterianas, mientras que para la candidiasis se utilizan en su lugar antifúngicos como el clotrimazol; Las infecciones por Trichomonas vaginalis se tratan con metronidazol.
En muchos casos también puede ser útil tomar probióticos que ayuden a restaurar la flora bacteriana vaginal normal.
Los trastornos provocados por la vaginitis atrófica pueden aliviarse gracias al uso de lubricantes vaginales y, en los casos más graves, se puede recurrir a la terapia con estrógenos bajo prescripción ginecológica.
Para prevenir la aparición de infecciones vaginales e irritaciones locales es recomendable tomar algunas precauciones sencillas como:
- Realizar una correcta higiene íntima diaria basada en el uso de un detergente no demasiado agresivo y con un pH entre 4 y 5 para mujeres en edad fértil.
- Cambie su ropa interior, protectores de bragas, toallas sanitarias y tampones vaginales con regularidad.
- Trate de evitar el uso prolongado de lino sintético y en su lugar prefiera el algodón u otras fibras naturales que, además de permitir una mayor transpiración, son menos irritantes y menos sensibilizantes.
- Evite compartir ropa interior o toallas con otras personas.
El uso de métodos anticonceptivos de barrera (condones) durante las relaciones sexuales protege contra el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual.
En el caso de que el ardor sea causado por una enfermedad infecciosa, la pareja también debe someterse a un tratamiento antimicrobiano específico para evitar reinfecciones frecuentes.
Fuentes y bibliografía
- Cainelli T., Giannetti A., Rebora A. Manual de Dermatología Médica y Quirúrgica, IV edición, McGraw-Hill, Milán, 2008.
- Moroni, Esposito, De Lalla. Enfermedades infecciosas, VII edición, Masson, 2008.
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